La magia de la relación padre-hija
La relación padre-hija es uno de los vínculos más enternecedores e intensos cuando se trata de un papá presente y dedicado, con mucho amor y delicadeza por darle a su pequeña princesa. Sin lugar a dudas, la relación padre-hija comporta un elemento mágico inexplicable.
No es para menos, pues se trata del primer hombre en su vida, además de un modelo sumamente inspirador. La figura paterna se constituye en la infancia femenina en una inicial influencia masculina íntima en la cotidianeidad de la niña.
Por ello, desde Eres Mamá, queremos ofrecer también una serie de consejos para aquellos padres que tienen la fortuna de tener una hija, con la cual pueden y deben construir una de las más asombrosos y enriquecedores vínculos: la relación padre-hija.
¿Cómo fortalecer la mágica relación padre-hija?
Demuéstrale a la pequeña tu profundo e incondicional amor por su mamá. Pues de esta manera, sabrá que ella puede ser amada de la misma manera. Por esto mismo, se afirma que la relación padre-hija marca la futura relación de ellas con los hombres en su edad adulta.
Gracias a ese primer amor que le habrá mostrado cómo es una relación amorosa, la nena deseará encarnar una propia tan bella como la que mantenían sus progenitores cuando sea grande y llegue la hora de buscar a su media naranja.
Asimismo, la figura del padre ayuda a su hija a adquirir y desarrollar su feminidad y personalidad. Dile palabras bellas, hazle saber que es hermosa e inteligente para que se sienta querida, valorada y gane en autoestima y seguridad.
Despierta la admiración de tu pequeña con atenciones hacia ella. Escríbele cartas y baila con ella, no dejes que el tiempo se te escurra mientras aguardas el rito de iniciación de su cumpleaños de 15 para invitarla a danzar por primera vez, entonces será demasiado tarde.
No olvides brindarle toda tu atención y de disfrutar con con ella de aquellas cosas que son importantes y que la hacen inmensamente feliz. Recuerda además permitirle dormir a tu lado, solo de esa manera podrá sentirse protegida y acompañada.
La relación padre-hija, un vínculo a prueba del paso del tiempo
Por ello, aprecia el momento ahora. Báñala, porque crecerá y después no podrás hacerlo. Atrévete a cantarle, conviértete en el primer hombre en dedicarle las más tiernas serenatas, antes de que alguien más lo haga por ti. Disfrútala al máximo mientras puedas: juega, salta, llévala de paseo y regálale flores.
Llévala a la escuela, pues llegará ese momento en que no querrá que la acompañes y se molestará cuando intentes hacerlo. Es conveniente que desde muy corta edad le recuerdes el camino a casa. Llegará el día en que sea mayor e independiente, por lo cual es fundamental que le hagas saber a tiempo dónde está su casa.
Esta relación padre-hija funciona cual bomba de tiempo que explota en adolescencia, etapa en la que normalmente este vínculo estrecho se desdibuja, imponiendo cierta distancia, algo que de todos modos es tan normal como esencial para preparar futuros vínculos con otros hombres.
Además, en este período se producen cambios radicales. La llegada del primer período de la mano de la modificación de la silueta y la aparición de los primeros amores son vividos con cierta incomprensión del padre, quien se pregunta por qué la chica se encierra en su habitación y rechaza su afecto.
Si bien se trata de una época muy complicada, los papás deben continuar cerca de sus hijas. Incluso cuando sientas que esa bebé se ha convertido en una extraña, durante este proceso tu papel en su crianza también es primordial para que la niña se desarrolle emocionalmente sana.
Las enseñanzas ideales en la relación padre-hija
Por último, llena a tu princesita de enseñanzas de todo tipo. Buenos modales y valores deben estar a la orden del día. Pero, sobre todas las cosas enséñale cosas útiles, como cambiar una llanta, poner un foco o arreglar algo de la casa. Después de todo, cortarás sus cadenas para el día de mañana.
Garantízale que nunca jamás deba depender de absolutamente nadie, que cuente con capacidades, conocimientos y destrezas que la liberen y la ayuden a manejarse con autonomía en su vida adulta. Apuéstale a todos aquellos valores agregados que harán de tu pequeña, una gran mujer.
